QUIENES SOMOS
Tartaruga es un proyecto de pedagogía vivencial dirigido a niñ@s a partir de tres años, basado en respetar sus necesidades e intereses y acompañarles en su evolución personal, intelectual y afectiva.
Un
espacio de experimentación, relación y juego donde se confía en la
capacidad innata de l@s niñ@s para guiar sus aprendizajes. No se
obliga a nadie, ni se presiona de forma alguna a hacer algo que no
quiera pues se parte de los deseos e intereses de cada niñ@,
favoreciendo el reconocimiento interior de sus necesidades y la toma
libre de decisiones e iniciativas, sin juzgarle/a, aceptándol@ tal
como es.
Guiados
por valores clave como el respeto, la aceptación, la autoestima, la
autonomía, la expresión libre, la coeducación, los límites, y el
conocimiento de sí mism@ y del entorno.
Creemos en la “no intervención” del/la adult@, en facilitar en lugar de imponer, en escuchar y dialogar para crear un ambiente de seguridad física y afectiva, donde los niñ@s puedan desarrollarse desde la espontaneidad y la confianza en sí mism@s.
Tartaruga comenzó
por iniciativa de un grupo de gente que creía que era necesario un
proyecto de educación diferente en Madrid. Desde entonces, Tartaruga
no ha sido solo una escuelita para decenas de niñas y niños, sino
que ha sido un proyecto de vida para muchas personas.
En un sistema como en el que vivimos, que genera desigualdades cada vez mayores entre las personas y en una situación de crisis continua en el que la escuela pública no solo no es repensada ni cuestionada sino que es sistemáticamente recortada y tratada como un instrumento al servicio de las campañas políticas, solo proyectos pedagógicos que sean accesibles para todos y todas pueden ser realmente participes de un cambio social, indispensable y necesario para mejorar el mundo en el que viven nuestras peques. En el caso de la educación infantil ni siquiera la pública es completamente gratuita y la libre es en muchos casos prohibitiva para la mayoría.
Tartaruga es
un proyecto autogestionado, en el que todo el trabajo se
lleva a cabo por parte de las familias y
acompañantes, autofinanciado, ya que los recursos parten
de sus integrantes y de la gente que nos apoye, pero no de
instituciones u organizaciones que nos exijan acomodarnos a sus
requisitos, y horizontal, pues todas las decisiones se
toman en colectivo en una asamblea en la que todas las voces se
escuchan.